Mírame con esos
ojos golosos
con esos ojos
traviesos
con esos ojos
curiosos
con esos ojos
celosos
con esos ojos
rabiosos
mírame como si
fuera la primera vez que me vieras
como si fuera a ser
la última
como si fuera un
amigo
como si fuera el
verdugo
como si fuera de mí
no hubiera nadie
no hubiera nada
no hubiera nunca
no hubiera hubo
mírame desde la
atalaya en la que te crees seguro
con esas gafas de
ver de lejos lo que tienes cerca
mírame de reojo y
con disimulo
con esas gafas de
ver de cerca
de demasiado cerca
mírame
porque tenga monos en la cara
porque
te parezca mono
y
aunque te parezca un mono
porque
vengo del mono igual que tú
mírame aunque tenga
el sol a mis espaldas
porque tengo el sol
a mis espaldas
y ya que tengo el
sol a mis espaldas
(que no sabía que
tuviera tantas)
considérame un
eclipse y mírame con tus gafas de verme oscuro
mírame pero no me
señales con el dedo
y no me defiendas
con tu silencio
ni me delates con tu
sonrisa
ni me denuncies con
tu mirada
¡pero mírame!
que me mires y me
digas si te atreves
que no existo
que no estoy
que no soy
que me mires y
atrévete a decirme
que tú
que yo
que ¿quién?
mírame...
y aleja la rabia
y olvida los celos
y sé curioso y
travieso con tus ojos golosos
mírame
porque solo entonces
podrás verme.