Culpable
de llamar a las
cosas por su nombre
con etiquetas que
las ocultan
de clasificar
manzanas por colores
para despellejarlas
luego sobre la basura
Culpable
de ver sombras por
la noche
con las farolas
apagadas
de saberse gigante y
creerse enano
de pisar tus
huellas para no dejarlas
Culpable
de confundir goteras
con tormentas
la lluvia con la
tristeza
de achicar el agua
abriendo vías
de no dejar que la
gota colme el vaso
Culpable
de edificar
castillos de naipes
sobre arenas
movedizas
de practicar el
trueque con dinero
de vivir soñando y
soñar que vives
Culpable de
sentírselo y no hacer nada para evitarlo
de vender tu
inocencia por miedo a quedarte solo
de ser parte y ser
jurado
de condenarse e
indultarse
Que el que esté
libre de culpa
vuelva al primer
verso.
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