El padre creador y
la madre patria
devoran a sus hijos
con un realismo más allá de lo pictórico
no sacian su apetito
y no cesan de criar
coleccionan mártires
y héroes que sirven de ejemplo a sus hermanos
y en museos los
entierran con gran pompa funeraria
¡gloria en muerte
inmortalizada en cuadros!
que no son
cuadros... sino ventanas
no son ventanas...
sino espejos
y padre y madre que
no dejan de engordar
es triste la soledad
del huérfano
nunca presente en
los banquetes
sin dios que le
perdone
ni patria que le dé
refugio
mas alegre el
huérfano canta:
«yo
no puedo pecar,
ni por ninguna
patria moriré»
aunque esta pueda
matarlo
y le castiguen de
todas (las) formas.