Una multitud
abarrota la plaza
tan solo una
podrían ser varias
pero solo es una
y aun así te asusta
el imaginarlas
Siempre has odiado
la soledad
y no hay peor
soledad que la anónima
la compartida
La soledad es
aditiva, piensas
mientras calculas la
magnitud de la que la alcanzan tus ojos;
mil gargantas
gritando al unísono
sin saber qué decir
al oído de al lado
dos mil ojos
enrojecidos
que no ven más allá
del lejano extremo de sus pestañas
y
ven, sin embargo
con extrema nitidez
la cercana meta que
nunca ha existido:
un hogar
seguridad en el
presente
fe en el futuro
y una homogénea,
aburrida, asfixiante
felicidad
Allí estás tú
solo
acompañado de
tantas otras soledades
preguntándoos las
respuestas que todos teméis saber
las verdades que
sostienen ese gran castillo de mentiras
las mentiras que
conforman esa gran verdad
que conforman
Tú, solo
con los demás,
solos
solo tú y los demás
solos tú y los
demás
de sol a sol
en una mañana
soleada
ante un mañana
sombrío
Y ya la plaza te
parece desierta
pero no despiertas
no desertas
no deseas
ser
tú.
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