Perdí el norte yendo al sur
en busca de la razón
y encontré una razón para no volver
¡vi las vergüenzas de la cordura!
y me alegré de andar perdido
de perderme en mis andares
¡como una regadera!
bebía a grandes tragos
y orinaba meaditas
¡como un cencerro!
anunciaba mi llegada
agitando mi campanilla
¡no quiero vuestra lógica!
que raciona lo racional
¡no quiero vuestra luz!
que ciega a la razón.
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