Salir a la mar,
nadar contracorriente
y bucear en la memoria,
para no olvidar que hay que mojarse,
volver a tierra
firme, como los principios
mojado, de la experiencia
y lo primero que hacemos es secarnos,
luego nos vestimos de hipocresía
y nos diluimos en la multitud,
naufragamos en ella,
buscando la estrella polar
nos estrellamos,
perdidos en la resaca
que nos arrastra mar adentro,
nadamos entre dos aguas
y no llegamos a ninguna parte,
en lugar de sumergirnos
y mojarnos de los pies a la cabeza,
nos empeñamos en flotar
con el agua al cuello,
luchando para no ahogarnos
ahogamos nuestra lucha,
confundimos mar y tierra
y perdemos el horizonte.
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