Su cara era un poema


Su cara era un poema
de los que dejan huella
de aquellos que te revuelven las tripas
hacen una pelota con ellas
y la estrellan en tu cara
la vida se había ensañado con aquel pobre chico
lo había hecho caer en lo más hondo
lo había obligado a arrastrarse
a suplicar por una sonrisa
le había mostrado la cara amable de la vida
y le había hecho vivir la cruel
y cada vez que osaba levantar la cabeza
le asestaba otro golpe, otro mazazo
directo a su línea de flotación
directo a lo más profundo de su ser
que no había sido, ni sería
que quería y no podía
un ser malherido
porque hasta en lo de herirse
le salían mal las cosas
y su cara era una triste elegía
un melancólico reflejo de su castigada existencia
las cicatrices eran versos en su rostro
sus facciones estrofas desesperadas
su expresión una oda al dolor
su llanto un canto a la esperanza
qué poéticamente patético
o qué patéticamente poético
ser poeta y llevar el poema en la cara
ser poeta y odiar la poesía
por rimar soledad con felicidad
por disfrazar con metáforas
las ostias que le daban
tenía la cara como un mapa, y aun así se perdía
y cada vez que se miraba en el espejo
el reflejo le recitaba su poema
su forma de vida, al fin y al cabo
poética vida, de cabo a rabo.

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