Reivindico
el derecho a ser agua
a
estar siempre mojándome
y
no congelarme jamás
dulce
en el mar y salada en el río
reivindico
el derecho a ser árbol
a
ser parte del bosque y esconderme
a
mostrarme y ocultarlo
sin
raíces que me aten
reivindico
el derecho a ser fuego
madre
de cenizas por renacer
a
no calentarme en exceso
mas
arder cuando haga falta
reivindico
el derecho a ser muro
de
piedra dura y fría
hundido
en la tierra
cimentado
en el cielo
reivindico
el derecho a ser pájaro
a
incubar el porvenir
tener
por jaula el mundo
y
emigrar a mi albedrío
reivindico
el derecho a ser viento
e
impulsar la vela del navío
ráfagas
intermitentes
en
constante movimiento
reivindico
el derecho a ser dios
y
ser ateo al mismo tiempo
etéreo
soñador
de
bellas utopías
reivindico
el derecho a ser yo mismo
y
a ver al otro en el espejo
a
ser uno entre muchos más
a
ser mucho más que uno.
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